miércoles, 2 de diciembre de 2009

La Industria Militar Española durante la guerra de Independecia


Los ejércitos son el apoyo de la política exterior o interior de un pueblo y que en caso de una invasión por parte de otra potencia, son quienes deben frenar esa invasión, estudio aparte sería todo el amplio campo de la resistencia pasiva y activa por parte de la población civil. A su lado deben de existir reservas en potencia, organizadas de forma que con ellas se puedan establecer operaciones de mayor o menor envergadura. Un ejército puede adquirir enormes proporciones en caso de una guerra ya sea de invasión o de defensa del territorio nacional, pero este ejército, de mayor o menor envergadura, no puede existir si no hay un tejido industrial y económico que le apoye en el suministro, fabricación de armamento y el amplio abanico de las distintas municiones empleadas en las operaciones militares.
La potencia de un ejército no se mide solamente por la cantidad de hombres y materiales capaces de entrar en el campo de batalla, también se mide por la eficacia de fabricar y suministrar las armas y municiones necesarias ya para un empleo inmediato, es decir táctico, como para prolongar las operaciones hasta la consecución de sus objetivos, el empleo estratégico.

La Guerra de la Independencia es en su mayor medida una serie de campañas militares terrestres, y es por ello que la industria militar española estaba basada principalmente en la fabricación de fusiles, pistolas, artillería, municiones, pólvora y la fabricación de sables y espadas, es por ello que el artículo está centrado en las fábricas del material anteriormente citado y no en la industria naval, aunque sería deseable e interesante un artículo sobre dicha industria naval por parte de personas más entendidas en las particularidades de esta industria.

La industria militar del Estado era muy reducida hasta que Carlos III se preocupó de la creación y adquisición de casi todas las factorías dedicadas a la producción de material de guerra, aunque algunas de las fábricas que estuvieron en activo durante la Guerra de la Independencia eran de propiedad particular. Esta industria militar anterior a la Guerra de la Independencia carecía de una organización centralizada o estatal y las fábricas o factorías estaban instaladas en las inmediaciones de los yacimientos de las materias primas con las que trabajaban, por lo tanto, la industria bélica no estaba regida por conveniencias de carácter estratégico.

En el momento en el que el arma de fuego triunfa sobre el empleo de armas blancas, la industria se divide en dos tipos de producción, armas de infantería y artillería y la producción de pólvora. La producción de artillería, armas portátiles y pólvora dependía del Estado, aunque muchos de los molinos de producción de pólvora eran de particulares que fabricaban pólvora mediante un permiso expreso del rey, la ubicación de estos molinos particulares es por lo general desconocida, se conocen algunos molinos particulares que, gracias a trabajos de investigación por entusiastas de nuestra Historia, se ha podido realizar estudios muy localizados de producción de pólvora.

La producción de armas blancas también tuvo su importancia durante l guerra, aunque es de sobra conocida la artesanía de la forja de espadas, no hay que olvidar que el sable era un arma muy utilizada por todas las Armas y que mejor industria de la espada que la de Toledo y que tuvo su importancia durante los años de ocupación francesa.

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