miércoles, 2 de diciembre de 2009

La Industria Militar


A lo largo de los últimos doscientos cincuenta años el proceso de asentamiento del capitalismo como sistema económico, junto a su intrínseco proceso de industrialización, ha variado las condiciones claves de uno de los fenómenos mas radicales de la Historia de la Humanidad: la guerra. A través de las transformaciones tecnológicas, en este breve lapso de tiempo el concepto de la guerra frente a la sociedad se inserta en la misma como un proceso de destrucción masiva sin, para el armamento atómico, punto de retorno. Por otra parte, el desarrollo tecnológico y el contexto del propio mercado mundial han logrado en poco más de dos siglos lo que la Humanidad no ha gestado en sus más de cuarenta centurias anteriores: que la capacidad de autodestrucción se convierta en uno de los mayores negocios del planeta y en génesis de una de las principales parcelas de aceleración de la capacidad de invención humana. Una temible contradicción de necesaria reflexión.

La Unión de la Industria Militar
La Unión de la Industria Militar tiene la misión de asegurar la reparación del armamento y la técnica con que están dotadas las unidades terrestres, aéreas y marítimas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, así como su periódica modernización en correspondencia con los avances del desarrollo tecnológico mundial. También cuenta con una serie de fábricas destinadas a la producción de armamento ligero de infantería, municiones, minas y otros medios de diverso tipo.

El sistema de Bases de Reparaciones Generales y otras empresas industriales, cuenta con instalaciones a lo largo de todo el país. Incluye grandes talleres especializados en tanques, artillería, aviación, marina de guerra, radiocomunicaciones, transporte, radares, sistemas coheteriles, producciones metalúrgicas y otros. La elevada calificación de los especialistas, la disciplina tecnológica y el moderno equipamiento, hacen posible acometer tareas de alta complejidad técnica.

Además de la producción destinada a las unidades de las FAR, la Unión de la Industria Militar desarrolla importantes producciones que se comercializan tanto en el mercado nacional como internacional. La Industria Militar marcha a la vanguardia desde hace varios años en la introducción y aplicación de las técnicas de gestión empresarial más avanzadas.

Reconversión Industrial

La Industria Militar destina una parte de sus capacidades productivas y de servicios a satisfacer requerimientos de la economía nacional. Ello ha sido así desde su surgimiento, por una parte, debido a que varias de sus instalaciones tienen una capacidad productiva superior a las necesidades de la defensa; por otra, las continuas reducciones en las tropas regulares que se vienen produciendo desde finales de los años setenta, dejaban aún más capacidades libres.

Con el advenimiento del período especial y el consiguiente ajuste de las estructuras y niveles de actividad de las Fuerzas Armadas Revolucionarias iniciado en los años noventa, este proceso adquirió aun mayor auge y dinamismo. De esta forma ha sido posible garantizar el mantenimiento de su empleo a una cifra considerable de trabajadores altamente calificados, a la vez que ha constituido una fuente adicional de ingresos que disminuye el impacto de los gastos de la defensa para el país.

La Industria Militar Española durante la guerra de Independecia


Los ejércitos son el apoyo de la política exterior o interior de un pueblo y que en caso de una invasión por parte de otra potencia, son quienes deben frenar esa invasión, estudio aparte sería todo el amplio campo de la resistencia pasiva y activa por parte de la población civil. A su lado deben de existir reservas en potencia, organizadas de forma que con ellas se puedan establecer operaciones de mayor o menor envergadura. Un ejército puede adquirir enormes proporciones en caso de una guerra ya sea de invasión o de defensa del territorio nacional, pero este ejército, de mayor o menor envergadura, no puede existir si no hay un tejido industrial y económico que le apoye en el suministro, fabricación de armamento y el amplio abanico de las distintas municiones empleadas en las operaciones militares.
La potencia de un ejército no se mide solamente por la cantidad de hombres y materiales capaces de entrar en el campo de batalla, también se mide por la eficacia de fabricar y suministrar las armas y municiones necesarias ya para un empleo inmediato, es decir táctico, como para prolongar las operaciones hasta la consecución de sus objetivos, el empleo estratégico.

La Guerra de la Independencia es en su mayor medida una serie de campañas militares terrestres, y es por ello que la industria militar española estaba basada principalmente en la fabricación de fusiles, pistolas, artillería, municiones, pólvora y la fabricación de sables y espadas, es por ello que el artículo está centrado en las fábricas del material anteriormente citado y no en la industria naval, aunque sería deseable e interesante un artículo sobre dicha industria naval por parte de personas más entendidas en las particularidades de esta industria.

La industria militar del Estado era muy reducida hasta que Carlos III se preocupó de la creación y adquisición de casi todas las factorías dedicadas a la producción de material de guerra, aunque algunas de las fábricas que estuvieron en activo durante la Guerra de la Independencia eran de propiedad particular. Esta industria militar anterior a la Guerra de la Independencia carecía de una organización centralizada o estatal y las fábricas o factorías estaban instaladas en las inmediaciones de los yacimientos de las materias primas con las que trabajaban, por lo tanto, la industria bélica no estaba regida por conveniencias de carácter estratégico.

En el momento en el que el arma de fuego triunfa sobre el empleo de armas blancas, la industria se divide en dos tipos de producción, armas de infantería y artillería y la producción de pólvora. La producción de artillería, armas portátiles y pólvora dependía del Estado, aunque muchos de los molinos de producción de pólvora eran de particulares que fabricaban pólvora mediante un permiso expreso del rey, la ubicación de estos molinos particulares es por lo general desconocida, se conocen algunos molinos particulares que, gracias a trabajos de investigación por entusiastas de nuestra Historia, se ha podido realizar estudios muy localizados de producción de pólvora.

La producción de armas blancas también tuvo su importancia durante l guerra, aunque es de sobra conocida la artesanía de la forja de espadas, no hay que olvidar que el sable era un arma muy utilizada por todas las Armas y que mejor industria de la espada que la de Toledo y que tuvo su importancia durante los años de ocupación francesa.

El capitalismo


El Capitalismo es un sistema económico, en el que los seres humanos y las empresas llevan a cabo la producción y el intercambio de bienes y servicios mediante transacciones en las que intervienen los precios y los mercados. Tiene vertientes políticas y sociales, en el que el capital predomina sobre el trabajo. El término lo utilizó Carlos Marx por vez primera a mediados del siglo XIX. Éste sostenía que en el sistema capitalista los medios de producción (dinero, tierra, fábricas, máquinas, etc) están en manos de una clase social propietaria (la burguesía), en tanto que los trabajadores (proletarios) están desprovistos de cualquier pertenencia, lo que los obliga para sobrevivir a vender lo único que poseen, su fuerza de trabajo, percibiendo a cambio un salario. Pero Marx sostenía que ese salario que percibe el proletario no se correspondería con el valor del trabajo realizado, por el contrario, una parte del mismo (la plusvalía) se la apropiaría el capitalista, dando lugar a una acumulación de capital. El salario tan sólo permitiría reproducir la fuerza de trabajo (los obreros) y con él únicamente se atenderían las mínimas necesidades de subsistencia (alimento, vestido y poco más).

Características básicas:

- Los medios que sirven para producir son de propiedad privada, en este contexto el capital está referido a los inmuebles, la tierra, herramientas de producción entre otras.

-La actividad económica aparece organizada y coordinada por la interacción entre compradores y vendedores que se lleva a cabo en los mercados.

-Existe la libre competencia en el mercado, y se promueve que la actividad del Estado en el sector económico debe ser mínima para que pueda funcionar correctamente y que sólo es necesaria para gestionar la defensa nacional, hacer respetar la propiedad privada y garantizar el cumplimiento de los contratos.

El capitalismo a través de la Historia


Los ingredientes para el surgimiento del Capitalismo empezaron a formarse a mediados del siglo XIII con el comienzo del desarrollo del comercio en Europa a causa del proceso de urbanización y el aumento poblacional.
Durante el siglo XV, se produjo conla expansion ultramarina de Europa, el descubrimiento de América, lo que contribuyó a fomentar la actividad comercial, y a acrecentar a riqueza de aquellos que se dedicaban a esta tarea de intercambio, ahora favorecida por la abundante riqueza en metales preciosos, hallados en el nuevo continente.
En los intercambios comerciales dejó de usarse el trueque y a partir del siglo XVI se generalizó el uso del dinero, una medida simbólica representativa de valor, que podía asignar a los productos un valor de intercambio más real, y que cada estado podía emitir, según su respaldo en oro.
Con la actividad comercial, surgió una clase social vinculada a ella, la de los burgueses, llamada así porque sus miembros residían en los burgos o ciudades, dedicándose a tareas vinculadas con el comercio, o las financieras.
Esto se vio favorecido por el auge de la teoría económica mercantilista, que sostenía que cuanto más metales acumule un estado, más rico sería.

La Revolución Industrial:
Pero sin duda alguna el capitalismo se instaló y se expandió como lo conocemos hoy gracias a la Revolución Industrial a mediados del siglo XVIII. Cuando la máquina de vapor y las condiciones sociales en Inglaterra promovieron una apertura del mercado y un incremento en la producción sin precedentes, ahora producir en serie significaba que a través de las máquinas podían fabricarse muchos más productos, y a menor costo, que con el trabajo hecho a mano, o sea, artesanalmente.
En este período el capitalismo agrega entonces, un nuevo elemento entre sus características, ya que será un capitalismo liberal, entendiendo el liberalismo económico como aquella teoría elaborada por Adam Smith (1723-1790), que sostenía que el intercambio comercial debía hacerse libremente, sin intervención estatal. Para él la diferencia en la distribución de la riqueza seguía un orden natural, ya que era más importante el capital, que el trabajo obrero, porque él permitía pagar los costos de producción y generar empleo, y por eso creía lógico que los capitalistas se enriquecieran con su actividad.
A partir de 1850, ocurre la llamada Segunda Revlución Industrial, con nuevos inventos, y la aparición de otras fuentes de energía tales como el carbón y la electricidad, donde se agregan al capitalismo nuevos medios para la producción y circulación monetaria. Las empresas debieron recurrir al uso del capital financiero, a través de préstamos en Bancos, para poder acceder a las nuevas demandas de producción, modernizando maquinarias e incorporando nuevas. En esta época comienza a notarse la concentración de industrias para controlar el mercado, limitando la competencia libre, y por lo tanto poniendo un escollo a la ley de oferta y demanda competitiva, que tendía a regular los precios. Si una misma empresa domina el mercado, le seria más fácil establecer el precio a su antojo, sin que tener que competir con otras del rubro.
En esta época los europeos para expandir más aun sus mercados y conseguir más materia prima para fabricar sus productos se empezaron a fijar en África y algunos países asiáticos como la India para la colonización, una de las carácteristicas del capitalismo, la Globalización.

La Gran Depresión de 1929:

El 24 de octubre de 1929 ocurre el llamado "Jueves NEgro", se produjo una quiebra del mercado de valores de Nueva York, que provocó un prolongado período de deflación. La crisis se trasladó rápidamente al conjunto de la economía estadounidense, europea y de otras áreas del mundo. Una de sus consecuencias más inmediatas fue el colapso del sistema de pagos internacionales.
La debacle económica de 1929 ha concitado la atención de historiadores y economistas como no lo ha hecho ningún otro momento de la historia económica del capitalismo. El debate en torno a los orígenes de la crisis se prolonga, de hecho, hasta los años ochenta, reactivado por la necesidad de dar una explicación fundada a la crisis de las últimas décadas.

Las explicaciones de las causas de la crisis son variadas y complejas, si bien coinciden en la conjunción de diversos factores económicos y sociales, y que, a su vez, se influenciaron recíprocamente. Las consecuencias que produjo el tratamiento de la crisis fueron absolutamente trascendentales, hasta el punto que los historiadores más prestigiosos la responsabilizan directamente de la II Guerra Mundial. Las medidas económicas adoptadas en la mayoría de países produjeron un fraccionamiento de la economía mundial y un fuerte impulso de la autarquía. Se constituyeron bloques monetarios liderados por EEUU, Francia y Gran Bretaña. La fragmentación del comercio mundial afectó de desigual forma a los grandes países. Mientras que Francia y Gran Bretaña pudieron reorientar su comercio hacia sus respectivos imperios coloniales -EEUU lo hizo hacia América Latina-, Alemania, Italia y Japón, por su parte, se volcaron en programas de rearme de gran alcance, en un contexto de tensiones crecientes en el sistema internacional. Esta crisis marcó asimismo el fin de la ilusión acerca de la capacidad del capitalismo para autorregularse, dando paso, bajo distintas modalidades, a la intervención masiva y directa del Estado en los procesos de reproducción económicos.Luego de esta crisis, surgió un nuevo capitalismo, denominado neocapitalismo, donde se dejó de lado el liberalismo, para permitir la intervención del estado en la economía, asegurando a toda la población los ingresos mínimos necesarios. Se produjo una reactivación económica, por ejemplo, a través del plan Marshall, que permitió la reconstrucción de Europa luego de la Segunda Guerra Mundial, pero aseguró la cada vez más indiscutible preeminencia de Estados Unidos sobre el resto del mundo occidental capitalista. Sobrevino el Estado de Bienestar, donde el estado se preocupó por que todos tuvieran acceso a los servicios básicos de educación, empleo, justicia, seguridad y salud. El año 1970 deparó una nueva crisis, desencadenada por el aumento del precio del petróleo. Los estados dejaron de amparar a la población para hacer frente a las deudas que castigaban sus economías, pues la producción se había detenido, y el aumento de precios era incontenible, mientras crecía a la par, el desempleo. Desde esa época el mundo capitalista debe enfrentar progresos y recesos, en períodos cíclicos de bonanzas y crisis, donde el estado de bienestar ya no puede hacer frente a las demandas sociales, castigado por sus presupuestos deficitarios, produciendo una polarización cada más aguda entre ricos y pobres, a nivel interno e internacional, con acceso a las nuevas tecnologías y avances científicos, solo para unos pocos, en un mundo cada vez más globalizado, pero poco solidario.

Capitalismo y subdesarrollo en Latinoamerica


Latinoamérica es una región que se ha visto influenciada en gran medida por el capitalismo, ya que por su naturaleza globalizadora tiende a expandirse, esto ha traido consecuencias económicas y políticas notorias en todo el continente. Gran cantidad de gobiernos de América Latina han estado a disposición de las necesidades capitalistas, trayendo atraso en algunos lugares y mucha polemica en general.

América Latina fue conquistada y su pueblo colonizado por Europa para expropiar el excedente económico de los trabajadores y apropiarselo para la acumulación de su capital iniciando así el subdesarrollo del pueblo colonizado y el desarrollo del pueblo colonizador.La relación capitalista metropoli-satelite entre Europa y América Latina fue establecida por las fuerzas de las armas, así como por la fuerza de la creciente viculación económica y de otro tipo se ha mantenido hasta el día de hoy. Así según Andre Gunder Frank empezó el Capitalismo en la región latinoamericana. Y que las principales transformaciones ocurridas en América Latina en los ultimos cuatro siglos han sido prodcuto de las respuestas a las influencias economicas, politicas entre otras que o bien partieron de la metropoli, o bien surgieron de la estructura metropolí-satélite.Exepto en la Cuba Post-revolucionaria, todos estos cambios no han alterado la esencia de esta estructura.

En palabras más simples la presencia del capitalismo en Latinoamerica ha expuesto a la región a la influencia de lo que suceda en los países desarrollados, ya que el caracter globalizador del capitalismo provoca una reacción en cadena a la hora de un percance en la economía de dichos países que repercute en las economías que no están desprendidas totalmente del sistema capitalista.
Por eso muchas personas le acarrean al capitalismo la culpa del subdesarrollo latinoamericano y en general a los paises del tercer Mundo.

La expansión metropolitana neoimperialista —Ahora a través del capital y el comercio de la corporación monopolista internacional— entró de nuevo en pleno empuje, reincorporo totalmente a América Latina al proceso del desarrollo capitalista mundial, y renovó su proceso de subdesarrollo. Las tradicionales relaciones comerciales metrópoli-satélite de intercambio de mercancías manufacturadas por materias primas en condiciones cada vez más desfavorables para América Latina, las crisis y déficits de Ias balanzas de pagos de los satélites, y los incesantes empréstitos compensatorios de emergencia por parte de la metrópoli, recobraron su vieja importancia. Pero ahora estaban reunidos y agravados, y el subdesarrollo estructural de la América Latina ahondado, por el anhelo neoimperialista de los gigantescos monopolios de apoderarse de las industrias manufactureras y de servicios de América Latina e incorporarlas al imperio privado del monopolio. Entretanto, las grandes masas latinoamericanas empobrecían cada día más.
En Ia década de 1950, la corporación de monopolio internacional fue mas allá de la simple instalación de la industria extranjera en el recinto de la barrera tarifaria protectora de América Latina, que garantiza altos precios y beneficios. En primer termino, el taller de montaje y Ia organización comercial extranjeras organizan una especie de sistema subsidiario, en el que los medianos y pequeños industriales latinoamericanos producen partes para la ensambladura local por cuenta del monopolio de la metrópoli, que prescribe su proceso industrial, determina su producción, es el único comprador de Ia misma, reduce su propio desembolso de capital apoyándose en la inversión y crédito de sus contratistas y subcontratistas latinoamericanos, y traslada los costos de las superproducciones cíclicas sobre estos fabricantes, en tanto que reserva para si mismo la parte del león en los beneficios de este arreglo, para la reinversión y expansión en América Latina, para remitirla a la metrópoli y a otros lugares de sus operaciones mundiales .

El capitalismo en Venezuela


Según Orlando Andrade, la revolución bolivariana, entre otros principios plantea que lo económico se subordina a lo político, y pone a la política al servicio del soberano, del pueblo. Debido al profundo respeto que en Venezuela se tiene por la libertad, las transformaciones se han hecho en medio de las más amplias libertades democráticas. No ha sido casual que el gobierno se haya relegitimado varias veces, mostrando un profundo respeto por el pueblo y coherencia entre el discurso y la acción política.

En Venezuela, y bajo la revolución bolivariana, el nivel del gasto social no tiene precedentes. Mediante las misiones se reorienta el gasto y la inversión hacia la salud, la educación, el trabajo, la infraestructura y el desarrollo industrial, buscando generar una nueva cultura de pequeños empresarios integrados en redes cooperativas y no cooperativas bajo un concepto de desarrollo endógeno que satisfaga las necesidades de la comunidad y desde la comunidad hacia el país y hacia el mundo, eliminando paulatinamente la dependencia.

Hoy el mundo entero sigue de cerca el proceso venezolano, esperanzados en nuestro éxito, porque el nuestro es el éxito de la libertad, y la libertad plena, siendo un fin común para todos los pueblos, ha sido diferida por mucho tiempo.

¿Cual es la ideología Venezolana. En qué ideas hemos inspirado nuestras transformaciones? Nuestra constitución recoge la visión, principios y valores bolivarianos, nuestra historia de revoluciones libertadoras, la visión de nuestros indígenas, la de nuestros académicos, nuestros estudiantes, el pueblo, los empresarios y nuestros líderes comunitarios, entre otros sectores, todos ellos consultados y recogidos en la carta magna.

Francisco de Miranda, una vez escribió “…cuanto se haga prosperará, por el interés que les resulta de consolidar un gobierno de leyes que sea protector de la propiedad y libertad personal, base de toda felicidad civil, y que en la utilidad general de todos se encuentra precisamente reunida…” Bolívar se despojó de toda su riqueza personal para financiar sus actividades libertarias, mientras firmaba medidas administrativas para pagar con justeza servicios, bienes, expropiaciones, sueldos y demás derechos de propiedad de sus conciudadanos, sin pensar jamás en abolir esos derechos. Somos herederos de Miranda y Bolívar.

Mientras tanto, el mundo entero sufre la agonía del capitalismo y también del socialismo. En ambos sistemas, y en esto subyace su talón de Aquiles, lo económico está por encima de lo político y la política ha sido tergiversada en su concepción antigua de servicio al colectivo, convirtiéndola en un mecanismo para manejar a la gente, sin verdadero respeto a ideales, leyes y derechos.

El capitalismo que se desarrolló en los siglos XIX y XX estuvo muy influido por Adam Smith, el padre de la “mano invisible” y del “hombre económico”. Según éste, se asume que el hombre actúa de forma egoísta buscando su propio interés, y que la sociedad funciona mejor cuando se permite a todos ir tras sus intereses egoístas en un mercado libre en el cual interviene, para armonizarlo, una mano invisible. La constitución de Estados Unidos se centra en el individuo, no en el pueblo, desarrollando al máximo el egoísmo. Para Estados Unidos la teoría del Sr. Smith calza como un guante.

La teoría capitalista, fundamentada en la superestructura ideológica del egoísmo, se impuso por encima del socialismo marxista y ya conocemos los resultados.

Hoy la mayoría de la humanidad sostiene con su trabajo y pobreza a una minoría rica y descansada. Para sostener el capitalismo tal como se implementó, se hizo necesario retroceder en la historia a la época de los imperios coloniales, los cuales invaden países militarmente para saquearlos y llevarse a casa el botín de guerra. ( Veamos Irak donde se desarrolla idéntico el fenómeno imperial de la colonia, con violaciones de mujeres, asesinatos de civiles y destrucción de ciudades a sangre y fuego)

Los países que más han desarrollado el capitalismo, se unen en un club de terror, para invadir países débiles y descuartizarlos, en una vorágine de sangre y lodo que apesta. Ni el hombre económico ni la mano invisible del mercado han podido evitarlo.

La teoría marxista, fundamentada en la superestructura ideológica de las relaciones de producción y la propiedad del estado, y como contrapeso al capitalismo, prometía alcanzar la utopía de repúblicas democráticas igualitarias y justas. Sin embargo, quienes implementaron el marxismo, cometieron errores graves. El mundo conoce los métodos y los resultados del marxismo que se implementó en Europa, Asia y Latinoamérica. Sabemos que este sistema tampoco logró la justicia, la igualdad y la libertad que prometieron. Para lograr justicia se aplicaron principios injustos, por “igualdad” se entendió que todos los hombres son iguales, no en cuanto a la paternidad de Dios, sino en cuanto a intereses, capacidades y desarrollo individual, igualándolos por la fuerza porque se resistían; uniformizándolos, adoctrinándolos, obligándolos a comer ciertos alimentos nada más, atemorizándolos, fanatizándolos…y en cuanto a la libertad, bueno, eso era para después de la transición socialista. Los países socialistas no fueron países libres ni sus pueblos soberanos.